HASTA QUE VI EL SOL



Quizás, dije, he caminado mucho tiempo con la mirada hacia el suelo hasta que vi el sol, y su destello me despertó hacia una realidad.
La realidad de la vida de ser yo mismo y dejar de estar maquillando a  la muerte, a mi propia muerte.
Toqué tierra y comí polvo, y viví la lucha más cruenta entre el ver y no ver, entre la inconsciencia y la consciencia, estoy entre la tierra y el cielo, soy una persona con Ser y realizar de mi mismo una luz, no la que me puede cegar, ni la que gusta encandilar a los demás, sino de transparencia y coherencia en mi trabajar.
Si ahora consciente elegí esta senda que me hizo encontrar en el refugio a las tres joyas, qué valor puede tener una vida sin paz, ni felicidad, no debo dudar  ni un segundo más que la enfermedad, decrepitud o muerte en cualquier momento aparecerá.

Gracias al Victorioso, por ser Sol en continuidad.

Uno de esos días de queja de los dolores continuos en el cuerpo, me enojé y lloré, sufrimiento tras sufrimiento en mis adentros grité una y otra vez. Hasta que en un instante razoné, a mi cuerpo no he de tratarlo así, y relajándome poco a poco me calmé y de las palabras del gran Tsongkapa recordé “La oportunidad de tener esta forma física es más valiosa que una gema que satisface todos los deseos. Se logra solamente una vez. Tan difícil de obtener, tan fácil de destruir, es como un relámpago en el cielo”.

Desde el dolor debo aprender que con el sufrimiento mi cuerpo malgastándose sin más está, alguna esencia debo extraer, apoyándome en el Darma hacia la liberación debo llegar y está la motivación que debo alimentar, sin este renacimiento qué oportunidad de vivir en virtud se puede dar?, el protector Shantideva, haciendo alusión a este renacer corporal dijo: “¡Ningún error podría ser peor, después de obtener tal oportunidad, que el de no utilizarla para fines virtuosos! ¡Nada podría ser tan insensato!; y por su parte Aria Nagaryuna nos dice en su Guirnalda Preciosa: “De la no virtud surge todo el sufrimiento”, y solo tomando refugio en las Tres Joyas las virtudes podemos trabajar para liberarnos del sufrimiento y no privarnos de experimentar los estadios de la iluminación y entregarnos en amor y compasión a los demás.

Para el beneficio de todos los seres conscientes, acompáñeme a recitar las siguientes formulas:

Me refugio en el Buda.
Me refugio en el Darma.
Me refugio en la Sanga

(tres veces o más)

También tres veces repetimos este verso para el desarrollo de la bodichita:

Hasta la iluminación , me refugio
En el Buda, en el Darma y en la Asamblea Suprema.
Con el merito que pueda acumular
Mediante la generosidad y demás perfecciones,
Puedas alcanzar el estado de buda para beneficio de todos los seres

Ngawang Phuntsok 
(Manuel Ruiz Figueroa) 


LAS TRES JOYAS QUE ENCONTRE EN EL REFUGIO



"El Buda es como el sol, pues su aparición en el mundo
es como el sol que se alza por el horizonte. Su enseñanza del verdadero Dharma es como el halo de rayos solares que se expande sobre la tierra, apartando la
oscuridad y el frío de la noche, dando calor y luz a todos los seres. La Sangha es
como los seres para los que se ha despejado la oscuridad de la noche, dirigiéndose a sus asuntos disfrutando de la calidez y radiación del sol"




"El Buda es como la luna llena, la joya del cielo nocturno. Su enseñanza del Dharma es como la luna que irradia su haz de luz sobre el mundo, enfriando el calor del día. La Sangha es como las personas que salen a la
noche para contemplar y disfrutar el refrescante esplendor de la luz lunar"





"El Buda es semejante a una gran nube que se extiende por
todo el campo cuando la tierra ha sido resecada por el ardor del verano. La
enseñanza del verdadero Dharma es como la caída de la lluvia, que empapa la
tierra dando agua a las plantas y a la vegetación. La Sangha es como las plantas,
árboles, arbustos y hierbas- que crecen y florecen al ser alimentadas por la lluvia
surgida de la nube"




"El Buda es como la flor de loto, arquetipo de la belleza
y la pureza. Así como el loto crece en un lago cenagoso, pero se alza por encima
del agua y permanece lleno de esplendor sin mancharse por el cieno, igualmente el Buda, habiendo crecido en el mundo, supera el mundo y mora en medio de el sin contaminarse por sus impurezas. La enseñanza del Buda del verdadero Dharma es como la dulce fragancia emanada por la flor de loto, que ofrece deleite a todos. Y la Sangha es como el enjambre de abejas que se reúne alrededor del loto, recoge el polen y vuelan hacia sus colmenas para transformarlo en miel"